HOME | DD

Description
Portrait of a Ponygirl We have already pointed out on some occasion (see the various illustrations about "slaves of the dawn" in this same collection) that a powerful arms dealer currently maintains -in one of his palaces in the Middle East- a sumptuous harem, full of exciting and sensual beauties. As we also know, most of the sweet beauties he holds captive (accompanied by some delicate, previously castrated boys) are well educated girls from the best families. Selected for their beauty and distinction, almost all of them have been kidnapped in various parts of the world (very professionally faking a disappearance), becoming -after a period of training and psychological conditioning- into docile and obedient slaves. Of course, the harem is renewed periodically and after having squeezed hers innocent and sensual charms (almost all the girls are virgins when captured), our potentate usually does without many of them, giving them away to his friends or selling them to be exploited -always chained and enslaved- in the most select and exclusive brothels in the region. Obviously, the harem is organized so that its owner enjoys the most exciting and vicious pleasures, pleasures that he often shares with his numerous guests. In this context, the temptation to use several of these charming young women as beasts of burden was absolutely irresistible and our lucky potentate maintains a splendid stable in his palace, where precious specimens await the moment to pull a carriage or be used as pets or sexual objects in various activities (always obscenely exciting). But -always a perfectionist- our potentate makes the chosen girls train beforehand, so that they know how to pace with grace and can pull a carriage with absolute elegance, getting used to maintaining their composure while receiving the painful and burning caress of the whip (inevitably used by their driver to direct them properly). We see "Blondie" chosen to be one of these beasts of burden (aka Ponygirl), during her training in the high mountain pastures. The harness keeps her firmly attached to the carriage (so she can pull it with all her might), and the reins attached to rings that pierce her sensitive lips allow her to be steered with absolute precision. A noteworthy innovation is the rigid bar that crosses her delicate nipples (instead of the traditional rings) and is attached to the bracelets on her shoulders by a chain. It has been shown that this bar helps to maintain the posture of the specimen, preventing (because it would be painful) that she shakes hers arms or body too much. Although they are now free as she pulls the carriage, the rings that pierce the labia of her sex allow "Blondie" to be chained by them safely (in her stable or on some pole) when she is not in use. Aside from Kajira's initial (Gorean for sex slave) that was etched with red-hot irons upon entering the harem, the mare has been branded on the shoulder with a canine brand (indicating that she has been bestially mated in public, probably with the mastiffs of her master's mansion). More recently, a horseshoe has been engraved on her belly, indicating her destiny as a beast of burden. Very soon, excitingly naked and sweaty, the young woman will be publicly displayed before a select audience, pulling a carriage with all her might, her skin completely red from the lashes. As usual on these occasions, the excited spectators will feel the urgent temptation to immediately penetrate hers defenseless and juicy charms... Usually generous and understanding, her owner will undoubtedly allow all his guests to possess such an inviting and beautiful specimen... But to guarantee that pleasure will be perverted and depraved all the time, "Blondie" will not be untied from the carriage, but will have to be possessed, standing upright and chained like a draft animal. Forcing both the juicy sex and the narrow anus of the specimen (in succession, although sometimes two by two) the happy guests will copulate with her in a wild and excited way, making the docile mare moan and scream with pleasure (as we already know, her sexual response has been conditioned to enjoy with unmatched intensity every time she is raped or mistreated). As long as -among all sorts of jokes- the gay and vicious guests amuse themselves by whipping the mare or pulling the bar on her nipples, it will be inevitable that these vicious libertines will accuse each other of succumbing to the sweetest pleasures that bestiality can offer. ------------------------------------ Retrato de una chica yegua (Ponygirl) Ya hemos señalado en alguna ocasión (ver las diversa ilustraciones sobre “esclavas del amanecer” en esta mismas colección) que un potentado traficante de armas mantiene en nuestros días -en uno de sus palacios en oriente medio- un suntuoso harén, repleto de excitantes y sensuales bellezas. Como también ya sabemos, la mayoría de las dulces beldades que mantiene cautivas (acompañadas por algunos delicados muchachos, previamente castrados) son muchachas cultas y bien educadas, procedentes de las mejores familias. Seleccionadas por su belleza y distinción, casi todas han sido secuestradas en diversas partes de todo el mundo (aparentando muy profesionalmente una desaparición), convirtiéndose -tras un periodo de entrenamiento y condicionamiento sicológico- en dóciles y obedientes esclavas. Por supuesto, el harén se renueva periódicamente y tras haber exprimido sus inocentes y sensuales encantos (casi todas las muchachas son vírgenes al ser capturadas), nuestro potentado suele prescindir de muchas de ellas, regalándolas a sus amigos o vendiéndolas para ser explotadas -siempre encerradas y esclavizadas- en los más selectos y exclusivos burdeles de la región. Evidentemente, el harén está organizado para que su dueño disfrute de los más excitantes y viciosos placeres, unos placeres que muchas veces comparte con sus numerosos huéspedes e invitados. En este contexto, la tentación de usar a varias de estas encantadoras jóvenes como bestias de carga era absolutamente irresistible y nuestro afortunado potentado mantiene es su palacio una espléndida cuadra, donde preciosos ejemplares esperan el momento de tirar de un carruaje o ser usadas como mascotas u objetos sexuales en diversas actividades (siempre obscenamente excitantes). Pero -siempre perfeccionista- nuestro potentado hace entrenar previamente a las muchachas elegidas, para que sepan marcar el paso con gracia y puedan tirar de un carruaje con absoluta elegancia, acostumbrándose a mantener su compostura mientras reciben la dolorosa y ardiente caricia del látigo (inevitablemente utilizado por su conductor para dirigirlas adecuadamente). Vemos a “Blondie” elegida para ser una de estas bestias de carga (o Ponygirl), durante su entrenamiento en los altos pastos de montaña. El arnés la mantiene firmemente sujeta al carruaje (de forma que pueda tirar de él con todas sus fuerzas) y las riendas fijadas a unas anillas que perforan sus sensibles labios permiten conducirla con absoluta precisión. Una innovación reseñable es la barra rígida que atraviesas sus delicados pezones (en vez de los tradicionales anillos) y que se fija mediante una cadenillas a los brazaletes de sus hombros. Se ha demostrado que esta barra contribuye a mantener la postura del ejemplar, impidiendo (pues le resultaría doloroso) que agite demasiado los brazos o el cuerpo. Aunque ahora están libres mientra tira del carruaje los anillos que perforan los labios de sus sexo permiten que “Blondie” sea encadenada por ellos con total seguridad (en su establo o en algún poste) cuando no sea usada. Aparte de la inicial de Kajira (esclava sexual en goreano) que le fue grabada con hierros al rojo al ingresar en el harén, la yegua ha sido marcada en el hombro con una huella canina (indicando que ha sido bestialmente apareada de forma pública, probablemente con los mastines de la mansión de su amo). Mas recientemente en su vientre ha sido grabada una herradura, indicando su destino como bestia de carga. Muy pronto, excitantemente desnuda y sudorosa, la joven será públicamente exhibida ante una selecta audiencia, mientras tira con todas sus fuerzas de un carruaje, con su piel completamente enrojecida por los latigazos. Como suele ser habitual en estas ocasiones, los excitados espectadores sentirán la urgente tentación de atravesar inmediatamente sus indefensos y jugosos encantos… Usualmente generoso y comprensivo, su propietario sin duda permitirá que todos sus invitados puedan poseer a tan incitante y bello ejemplar… Pero para garantizar que el goce sea en todo momento pervertido y depravado, “Blondie” no será desatada del carruaje, sino que tendrá que ser poseída, manteniéndose de pie y encadenada como un animal de tiro. Forzando tanto el jugoso sexo como el estrecho ano del ejemplar (de forma sucesiva, aunque a veces de dos en dos) los alegres invitados, copularan así de forma salvaje y excitada, haciendo gemir y gritar de placer a la dócil yegua (cuya respuesta sexual -como ya sabemos- ha sido condicionada para que goce con una inigualable intensidad cada vez que es violado o maltratada). Mientras -entre todo tipo de bromas- los los alegres y viciosos invitados se diviertan azotando a la yegua o tirando de la barra de sus pezones, resultará inevitable que estos vicioso libertinos se acusen mutuamente de estar sucumbiendo a la más dulces placeres que puede ofrecer la zoofilia. .

Description
Portrait of a Ponygirl We have already pointed out on some occasion (see the various illustrations about "slaves of the dawn" in this same collection) that a powerful arms dealer currently maintains -in one of his palaces in the Middle East- a sumptuous harem, full of exciting and sensual beauties. As we also know, most of the sweet beauties he holds captive (accompanied by some delicate, previously castrated boys) are well educated girls from the best families. Selected for their beauty and distinction, almost all of them have been kidnapped in various parts of the world (very professionally faking a disappearance), becoming -after a period of training and psychological conditioning- into docile and obedient slaves. Of course, the harem is renewed periodically and after having squeezed hers innocent and sensual charms (almost all the girls are virgins when captured), our potentate usually does without many of them, giving them away to his friends or selling them to be exploited -always chained and enslaved- in the most select and exclusive brothels in the region. Obviously, the harem is organized so that its owner enjoys the most exciting and vicious pleasures, pleasures that he often shares with his numerous guests. In this context, the temptation to use several of these charming young women as beasts of burden was absolutely irresistible and our lucky potentate maintains a splendid stable in his palace, where precious specimens await the moment to pull a carriage or be used as pets or sexual objects in various activities (always obscenely exciting). But -always a perfectionist- our potentate makes the chosen girls train beforehand, so that they know how to pace with grace and can pull a carriage with absolute elegance, getting used to maintaining their composure while receiving the painful and burning caress of the whip (inevitably used by their driver to direct them properly). We see "Blondie" chosen to be one of these beasts of burden (aka Ponygirl), during her training in the high mountain pastures. The harness keeps her firmly attached to the carriage (so she can pull it with all her might), and the reins attached to rings that pierce her sensitive lips allow her to be steered with absolute precision. A noteworthy innovation is the rigid bar that crosses her delicate nipples (instead of the traditional rings) and is attached to the bracelets on her shoulders by a chain. It has been shown that this bar helps to maintain the posture of the specimen, preventing (because it would be painful) that she shakes hers arms or body too much. Although they are now free as she pulls the carriage, the rings that pierce the labia of her sex allow "Blondie" to be chained by them safely (in her stable or on some pole) when she is not in use. Aside from Kajira's initial (Gorean for sex slave) that was etched with red-hot irons upon entering the harem, the mare has been branded on the shoulder with a canine brand (indicating that she has been bestially mated in public, probably with the mastiffs of her master's mansion). More recently, a horseshoe has been engraved on her belly, indicating her destiny as a beast of burden. Very soon, excitingly naked and sweaty, the young woman will be publicly displayed before a select audience, pulling a carriage with all her might, her skin completely red from the lashes. As usual on these occasions, the excited spectators will feel the urgent temptation to immediately penetrate hers defenseless and juicy charms... Usually generous and understanding, her owner will undoubtedly allow all his guests to possess such an inviting and beautiful specimen... But to guarantee that pleasure will be perverted and depraved all the time, "Blondie" will not be untied from the carriage, but will have to be possessed, standing upright and chained like a draft animal. Forcing both the juicy sex and the narrow anus of the specimen (in succession, although sometimes two by two) the happy guests will copulate with her in a wild and excited way, making the docile mare moan and scream with pleasure (as we already know, her sexual response has been conditioned to enjoy with unmatched intensity every time she is raped or mistreated). As long as -among all sorts of jokes- the gay and vicious guests amuse themselves by whipping the mare or pulling the bar on her nipples, it will be inevitable that these vicious libertines will accuse each other of succumbing to the sweetest pleasures that bestiality can offer. ------------------------------------ Retrato de una chica yegua (Ponygirl) Ya hemos señalado en alguna ocasión (ver las diversa ilustraciones sobre “esclavas del amanecer” en esta mismas colección) que un potentado traficante de armas mantiene en nuestros días -en uno de sus palacios en oriente medio- un suntuoso harén, repleto de excitantes y sensuales bellezas. Como también ya sabemos, la mayoría de las dulces beldades que mantiene cautivas (acompañadas por algunos delicados muchachos, previamente castrados) son muchachas cultas y bien educadas, procedentes de las mejores familias. Seleccionadas por su belleza y distinción, casi todas han sido secuestradas en diversas partes de todo el mundo (aparentando muy profesionalmente una desaparición), convirtiéndose -tras un periodo de entrenamiento y condicionamiento sicológico- en dóciles y obedientes esclavas. Por supuesto, el harén se renueva periódicamente y tras haber exprimido sus inocentes y sensuales encantos (casi todas las muchachas son vírgenes al ser capturadas), nuestro potentado suele prescindir de muchas de ellas, regalándolas a sus amigos o vendiéndolas para ser explotadas -siempre encerradas y esclavizadas- en los más selectos y exclusivos burdeles de la región. Evidentemente, el harén está organizado para que su dueño disfrute de los más excitantes y viciosos placeres, unos placeres que muchas veces comparte con sus numerosos huéspedes e invitados. En este contexto, la tentación de usar a varias de estas encantadoras jóvenes como bestias de carga era absolutamente irresistible y nuestro afortunado potentado mantiene es su palacio una espléndida cuadra, donde preciosos ejemplares esperan el momento de tirar de un carruaje o ser usadas como mascotas u objetos sexuales en diversas actividades (siempre obscenamente excitantes). Pero -siempre perfeccionista- nuestro potentado hace entrenar previamente a las muchachas elegidas, para que sepan marcar el paso con gracia y puedan tirar de un carruaje con absoluta elegancia, acostumbrándose a mantener su compostura mientras reciben la dolorosa y ardiente caricia del látigo (inevitablemente utilizado por su conductor para dirigirlas adecuadamente). Vemos a “Blondie” elegida para ser una de estas bestias de carga (o Ponygirl), durante su entrenamiento en los altos pastos de montaña. El arnés la mantiene firmemente sujeta al carruaje (de forma que pueda tirar de él con todas sus fuerzas) y las riendas fijadas a unas anillas que perforan sus sensibles labios permiten conducirla con absoluta precisión. Una innovación reseñable es la barra rígida que atraviesas sus delicados pezones (en vez de los tradicionales anillos) y que se fija mediante una cadenillas a los brazaletes de sus hombros. Se ha demostrado que esta barra contribuye a mantener la postura del ejemplar, impidiendo (pues le resultaría doloroso) que agite demasiado los brazos o el cuerpo. Aunque ahora están libres mientra tira del carruaje los anillos que perforan los labios de sus sexo permiten que “Blondie” sea encadenada por ellos con total seguridad (en su establo o en algún poste) cuando no sea usada. Aparte de la inicial de Kajira (esclava sexual en goreano) que le fue grabada con hierros al rojo al ingresar en el harén, la yegua ha sido marcada en el hombro con una huella canina (indicando que ha sido bestialmente apareada de forma pública, probablemente con los mastines de la mansión de su amo). Mas recientemente en su vientre ha sido grabada una herradura, indicando su destino como bestia de carga. Muy pronto, excitantemente desnuda y sudorosa, la joven será públicamente exhibida ante una selecta audiencia, mientras tira con todas sus fuerzas de un carruaje, con su piel completamente enrojecida por los latigazos. Como suele ser habitual en estas ocasiones, los excitados espectadores sentirán la urgente tentación de atravesar inmediatamente sus indefensos y jugosos encantos… Usualmente generoso y comprensivo, su propietario sin duda permitirá que todos sus invitados puedan poseer a tan incitante y bello ejemplar… Pero para garantizar que el goce sea en todo momento pervertido y depravado, “Blondie” no será desatada del carruaje, sino que tendrá que ser poseída, manteniéndose de pie y encadenada como un animal de tiro. Forzando tanto el jugoso sexo como el estrecho ano del ejemplar (de forma sucesiva, aunque a veces de dos en dos) los alegres invitados, copularan así de forma salvaje y excitada, haciendo gemir y gritar de placer a la dócil yegua (cuya respuesta sexual -como ya sabemos- ha sido condicionada para que goce con una inigualable intensidad cada vez que es violado o maltratada). Mientras -entre todo tipo de bromas- los los alegres y viciosos invitados se diviertan azotando a la yegua o tirando de la barra de sus pezones, resultará inevitable que estos vicioso libertinos se acusen mutuamente de estar sucumbiendo a la más dulces placeres que puede ofrecer la zoofilia. .