HOME | DD

Description
Un pozo de oro fue todo lo que encontró después de un desayuno descafeinado en la cafetería Roxanne que abría media hora antes que él entrara a trabajar. ¿Cuál fue el milagro entonces? Clauson acostumbraba a llevarse croissants de la cafetería justo antes de pagar y cinco absurdos minutos después de levantarse de su mesa. Roxanne siempre le atendía bailando con él el salmo de la rutina hecha tradición.
"Entonces" reflexionaba sentado en aquella ajada butaca que se negaba a tirar "¿qué hice de diferente?" No salía de su asombro. El timbre sonó, la luz se apagó y el crujir de un trueno cercano evidenció la tormenta vespertina. Encendió una vela y fue a abrir la puerta dando paso a Oliver Dollk, un ruso amigo de padres alemanes de quien se había hecho gran amigo.
-Pasa.
-¿Lo del pozo va enserio?
-¿Quién te lo dijo? -inquirió casi gruñendo.
-Ellen.
-¿La reportera?
-No, la del sexto. Creo que deberías socializar más con tus vecinos. Te hará...
-¡Pasa! -fue tajante e la orden y Oliver así cumplió. Una vez la puerta cerrada, todo se hizo silencio pero la luz regresó perseguida por los truenos y la lluvia. Nuestro señor apagó la luz de la vela y condujo a su invitado a sentarse en el salón.-¿Quieres algo?
-La verdad.
-No hay verdad.
-Pues, ¿cómo sucedió?
-No lo sé.

Description
Un pozo de oro fue todo lo que encontró después de un desayuno descafeinado en la cafetería Roxanne que abría media hora antes que él entrara a trabajar. ¿Cuál fue el milagro entonces? Clauson acostumbraba a llevarse croissants de la cafetería justo antes de pagar y cinco absurdos minutos después de levantarse de su mesa. Roxanne siempre le atendía bailando con él el salmo de la rutina hecha tradición.
"Entonces" reflexionaba sentado en aquella ajada butaca que se negaba a tirar "¿qué hice de diferente?" No salía de su asombro. El timbre sonó, la luz se apagó y el crujir de un trueno cercano evidenció la tormenta vespertina. Encendió una vela y fue a abrir la puerta dando paso a Oliver Dollk, un ruso amigo de padres alemanes de quien se había hecho gran amigo.
-Pasa.
-¿Lo del pozo va enserio?
-¿Quién te lo dijo? -inquirió casi gruñendo.
-Ellen.
-¿La reportera?
-No, la del sexto. Creo que deberías socializar más con tus vecinos. Te hará...
-¡Pasa! -fue tajante e la orden y Oliver así cumplió. Una vez la puerta cerrada, todo se hizo silencio pero la luz regresó perseguida por los truenos y la lluvia. Nuestro señor apagó la luz de la vela y condujo a su invitado a sentarse en el salón.-¿Quieres algo?
-La verdad.
-No hay verdad.
-Pues, ¿cómo sucedió?
-No lo sé.