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Description
Tengo miedo de herirte
tengo miedo que me hieras
tengo miedo de tus abrazos
tengo miedo de tus silencios
tengo miedo de amarte,

tengo miedo de tantas cosas...
que la única soledad que me
arropa me hiere con pinchos de
plastelina.

Tengo miedo de perderte
tienes miedo de que te pierda
tengo miedo de olvidarte
y ya jamás recomponer
mi maltrecho corazón

hecho trizas por este
constante temer que mi alma
siente después de perderte...

Tenía miedo de herirte
y lo hice.

Tendré miedo de reencontrarme
contigo y ver en ti la huella del
destino, aquella negra cicatriz
que tracé con mis palabras en tu
marchito rostro aquel día
soleado y traidor de diciembre.

¿Ya va a cumplir un més?

Nada sé, nada sabré, nada supe
acerca de amarte porque todo era,
sin razón aparente, un amor inconfesado
inconexo que no encajaba en tu forma
pasional de besarme...

Quizas fuera de otra forma que
me querías y yo no sabía encajar tus
caricias en mi pétreo rostro de granizo
pero... te prometo y te perjuro que te amé
a mi estilo privado y todavía conservo
bajo llave ese rinconcito que te reservé
cuando, bajo las estrellas junto a la mar...

me confesé.

Retirar la herida cuando la mano
ya está quemada es pura estupidez
y galanteria por parte de los engaños
que gritan a mi alma marchita que te
quería...

... y te abandoné sin razón alguna.

Fin

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Tengo miedo de herirte
tengo miedo que me hieras
tengo miedo de tus abrazos
tengo miedo de tus silencios
tengo miedo de amarte,

tengo miedo de tantas cosas...
que la única soledad que me
arropa me hiere con pinchos de
plastelina.

Tengo miedo de perderte
tienes miedo de que te pierda
tengo miedo de olvidarte
y ya jamás recomponer
mi maltrecho corazón

hecho trizas por este
constante temer que mi alma
siente después de perderte...

Tenía miedo de herirte
y lo hice.

Tendré miedo de reencontrarme
contigo y ver en ti la huella del
destino, aquella negra cicatriz
que tracé con mis palabras en tu
marchito rostro aquel día
soleado y traidor de diciembre.

¿Ya va a cumplir un més?

Nada sé, nada sabré, nada supe
acerca de amarte porque todo era,
sin razón aparente, un amor inconfesado
inconexo que no encajaba en tu forma
pasional de besarme...

Quizas fuera de otra forma que
me querías y yo no sabía encajar tus
caricias en mi pétreo rostro de granizo
pero... te prometo y te perjuro que te amé
a mi estilo privado y todavía conservo
bajo llave ese rinconcito que te reservé
cuando, bajo las estrellas junto a la mar...

me confesé.

Retirar la herida cuando la mano
ya está quemada es pura estupidez
y galanteria por parte de los engaños
que gritan a mi alma marchita que te
quería...

... y te abandoné sin razón alguna.

Fin