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klaudiakirkland — Arthur x Reader Chocolates para Cupido Capitulo 1

Published: 2014-01-15 03:00:56 +0000 UTC; Views: 1886; Favourites: 12; Downloads: 0
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Description Happy new year everybody!! *Tira confeti y champaña* Lo había dejado en el olvido pero aquí está por fin terminado, costó varias horas de sueño pero valió la pena


Disclaimer:Hetalia le pertenece al awesome Hima-Papá, la lectora se pertenece así misma, a su país y prontamente a Arthur.

Sabiendo estó pasen a leer. 



                  Chocolates para Cupido” Capitulo 1





Muchos dicen que el mejor chocolate proviene de Bélgica, otros dicen que de Suiza y otros optan por los franceses y venezolanos pero ¿Qué es el chocolate exactamente? Es una mezcla de azúcar con derivados de las semillas del cacao y leche…Eso es algo que cualquiera sabe y lo comprendes pero eso no te aclara nada, a lo mejor planteaste mal la pregunta, quizás debió ser ¿Qué es lo que hace que un bombón sea el mejor? Si lo supieras posiblemente tendrías una chocolatería de finas piezas de varios dólares cada una, pero, no es así.
Suspiras caminando por las frías calles de Londres viendo las vitrinas decoradas con cintas, flores, corazones, tiernos osos de peluche y la figura más significativa de todas, “Cupido”…Espera un minuto ¿Un apuesto hombre con pañales que ande apuntando en el trasero de las personas con un arma punzante con la que podría matarlas? Dudas de todas las historias que te contaban cuando pequeña sobre aquel alado ser, sin embargo no puedes dejar de tenerle cariño ¿Acaso no eras tú la niña que deseaba aprender a preparar chocolates para dárselos en el día de los enamorados? De todas formas si Santa Claus no existía ¿Por qué debería hacerlo él?                                                                                                            

Divisaste un local que llamo tu atención por sus productos…O quizás te gusto el oso de felpa gigante de la vitrina como fuera ya estabas entrando y no te irías con las manos vacías. Apenas pusiste un pie dentro del recinto la sangre se te helo viendo como otro oso gigante caminaba hacia ti, sin contar el hecho de que su cabeza la cargaba bajo un brazo y en su lugar había una cabeza humana.
–¡¡He dicho que renuncio imbécil!!
Para tú espanto la criatura amorfa (Que ahora entendías que era alguien disfrazado) te entrego de mala gana la cabeza saliendo del lugar seguido de un hombre de larga cabellera rubia –¡¡No te lleves el cuerpo!! –Voceo alterado.
El semi-animal se quito el abrigo de piel tirándolo al piso mientras se marchaba.
El empleado de la tienda con pesadez lo recogió sacudiéndolo y entrando al lugar deteniéndose al clavarte la vista, notaste que los demás clientes salieron espantados gracias a la escena y eras la única presente.
–Lo siento mucho belle dame (bella dama) los italianos son complicados –Se te acerco y tú le extendiste la cabeza –Soy amigo de uno y es bastante tierno.
Te sonrió amablemente recibiéndola y caminando a un mesón cercano de ahí sacó una hoja con cinta adhesiva, entro a la vitrina pegando el anuncio a un costado ¿Qué tal si era un descuento de temporada? Todas las oportunidades debían ser aprovechadas y más aun cuando recordabas como tu pobre billetera agonizaba, salirte encontrando algo diferente.
–Sabia que renunciaría un día de estos, por eso tenía el anuncio guardado –Te explico cargando su peso en el marco de la puerta mirándote insistente como esperando a que dijeses algo, no sabías que responder y al notar que no hablarías prosiguió – ¿Quieres trabajar aquí?
Parpadeaste perpleja, era cierto que tú billetera imploraba piedad y que ya estaba el anuncio para el empleo pero ¿Trabajar? Vacilaste, aun así terminaste por aceptar la idea…Si saber realmente porque.
– ¿Dónde firmo?
Sonrió guiándote a una pequeña oficina donde revisaste el contrato, debías reconocer que no era tan malo, tenía un buen sueldo, estaba acorde con tus clases de idiomas, era por temporada de San Valentin (En total tres días), sin contar que era una hermosa lugar en donde vendían peluches, globos con mensajes entre otras tantas cosas adorables e inservibles que a las chicas les gustan, pero como siempre hay detalles, y el detalle en esta oportunidad era justamente tú labor aunque como experiencia no estuviera nada mal.
Apenas terminaste de firmar escalofríos recorrieron todas tu columna gracias al fuerte estruendo tras de ti, giraste divisando a un chico rubio de ojos verdes y cejas prominentes, se notaba enfadado – ¿Por qué no me dijiste que Romano renuncio?
–Porque ya tenemos a su remplazo.
Te miro con desdén arrugando aun más el ceño –Como sea hay trabajo que hacer.
–Espera Arthur, ¿Podrías quitar el anuncio de la vitrina? –Bufo cerrando de un portazo, de seguro ese tipo no tuvo una buena mañana.
– ¿Encantador verdad?  El será tu compañero.
Aunque lo miraste con espanto pareció ignorarlo, resignada a tú suerte te pusiste el disfraz de “Oso Contento” caminando con notoria dificultad, en la salida viste al tu nuevo compañero con la vista clavada en el piso totalmente ruborizado con el cuerpo de otro “Oso Contento” o mejor dicho “Osa Contenta”, tenía una especie de tutu rosado, sobre una oreja del disfraz una cinta del mismo color y en los ojos unas largas pestañas coquetas que hasta a ti te daban envidia, con disimulo te pusiste rápidamente la cabeza  para reírte a tus anchas.
–Ehh…(Tú nombre)  podemos escuchar tu risa –Te aviso tú nuevo jefe que ahora sabias que se llamaba Francis, llevaste las manos a tu boca para callarte, pero tu nueva cara y piel te lo impedían, tras cesar la risa unos diez minutos más tarde saliste con la “Osa Contenta” que supuestamente es tú esposa a recorrer las calles entregando unos panfletos, sacándose fotos con los niños y actuando simpática con todos invitándolos a visitar la tienda.
Cuando ya no había mucha gente y la noche consumió la luz del sol regresaron agotados y sofocados por el poco oxigeno.
– ¡Hoy vino mucha gente, el hermano mayor está orgulloso!…  
– ¡Solo danos la paga! –Exigió tu esposa osa bastante irritada, “De seguro anda en esos días” pensante algo divertida.
Francis les extendió un sobre blanco, te quitaste el traje para abrirlo y sacar el contenido quedando perpleja, aunque sabias la suma de igual forma te impresionaba tenerlo en las manos.
– ¿Donde está Matthew? –Inquirió esposa osa.
–Se fue hace unas horas…        
– ¿Y Alfred?  
–También y no, no se fueron juntos si es lo que quieres saber– Respondió molesto.
Arthur hiso un mohín decepcionado – ¿Y mi sombrero?  
–Se lo llevo Alfred, dijo que mañana te lo traería…Como sea lo mejor es que se vallan, voy a cerrar la tienda.
Tras ir por sus cosas y despedirse del jefe salieron del lugar.
– Oye (Tú nombre) ¿Vives muy lejos?
Lo miraste sorprendida –Como a seis cuadras.
–Iré a dejarte…
Hiciste una mueca extrañada, después de que te reíste cruelmente de él hasta caer de rodillas apretándote el estomago estaba siendo amable, no pudiste evitar sonreírle –Gracias Arthur.
Se sonrojó desviando la vista a un punto lejos de tus ojos –N-No es que me importes ni nada…Es s-solo que es peligroso para una chica andar sola en las calles a estas horas.
Caminaron en silencio entre la poca gente visible, el ambiente estaba calmo, podría decirse que era una calma incomoda pues no sabían que decirse.
–No entiendo que quieres… –Escucharon los sollozos de una chica en una banca hablando por teléfono.
Aunque no la conocieras te acongojaba verla de esa manera, miraste a Arthur que también te observo, con un par de gestos se pusieron de acuerdo para acercarse a la muchacha.
–¡¡Tú no entiendes James, yo te amo!! –Su grito fue desgarrador al parecer no notaba su presencia.
Miraste a tu lado notando que estabas sola, giraste divisando a lo lejos a tu acompañante alejarse del lugar.
– ¡Arthur espera! –Lo seguiste y aunque estabas segura que te oía parecía acelerar la marcha, no comprendías que estaba pasando deseabas que él te lo explicara.
Luego de una corta persecución entro al típico callejón sin salida, miro hacia atrás pero tú ya estaba ahí, te parecía extraño que se tapara la cabeza con parte del abrigo.
–A-Arthur… ¿Qué ocurre?
No dijo nada, solo se mantuvo dándote la espalda, te acercaste con cautela notando su nerviosismo, posaste tú mano sobre su hombro sintiendo como se encogía un poco y temblaba…Estaba temblando y se notaba nervioso, algo malo pasaba.
–Arthur, no sé qué está ocurriendo pero puedes quedarte tranquilo.
Tú voz cálida lo confortaba aun a si mantuvo la postura –Lo siento (Tú nombre) pero no puedo acompañarte a tú casa…
No comprendías en donde quedo eso de “Una chica no puede andar sola en la calle tan tarde” –No me voy a ir y dejarte aquí solo si es a lo que te refieres.
–No es algo que debas saber.
Te apartaste sentándote en el piso de brazos cruzados –No me muevo de aquí hasta que me expliques que te pasa.
Ante el severo tono que utilizaste suspiro resignado –Acércate.
Te levantaste dando pasos inestables ahora tú eras la nerviosa.
–Dime (Tú nombre) ¿Crees en el los cuentos de hadas?
–No desde que descubrí que Santa Claus era un cuento infantil…
– ¿De donde sacaste eso?
–Recuerdo que una noche buena le deje comida y también escondí en secreto una cámara bajo la mesa, a la mañana siguiente al revisar la grabación lo único que vi fue a mi hermano mayor dejando los regalos y refunfuñando en voz alta por después de la abundante cena tener que comerse la torre de galletas y casi el litro de leche que con todo mi amor deje al generoso y ficticio Santa.
– ¿Y no has pensado que el verdadero santa es Saint Nicolás que llevaba regalos SOLO a los pobres?
Recordaste la verdadera historia sin poder debatir –Me es imposible creer en algo que no he visto jamás –Confesaste.
Arthur giró hacia ti dejando caer su larga chaqueta al piso, tú mandíbula casi se desencaja, balbuceaste un montón de sonidos raros sin saber que decir, las ropas que traía puestas no estaban, en su lugar una especie de túnica blanca lo cubría, una corona amarilla flotando sobre su cabeza y lo que más te impacto fueron un par de majestuosas alas, por ende su cara estaba más roja que un tomate y no te miraba, no era capaz.
–…E-E…Eres, eres un ángel…
–En realidad…Soy Cupido –Tus piernas flaquearon, te sonrojaste tapándote la boca con las manos, un gran calor vino a tú cabeza y todo se volvió borroso.                                                                      


°°wVw°°


Un molesto pitido en tus oídos te desesperaba, abriste los ojos desorientada, era una habitación, tú habitación, había un techo, un piso, una ventana y una puerta, si, definitivamente era tú pieza, te sentaste en la cama aun aturdida ¿Cómo fue que llegaste hay? ¿Acaso lo del trabajo fue todo un sueño? ¿Qué hora era? Te dejaste caer al colchón y por inercia estiraste el brazo a un costado para alcanzar el celular, ladeaste la cabeza notando que la cómoda estaba más lejos de lo normal y no llegabas a ella, tampoco veías tú fono y la almohada tenía un aroma delicioso, como si hubieran vertido perfume de hombre sobre ella.  
– ¿Cómo te sientes?
Giraste hacia la puerta entrecerrando los ojos por la luz que se colaba de afuera notando la voz y silueta de Arthur.
– ¡¿Qué haces en mi casa?!  –Vociferaste parándote de un respingo en el colchón.
Prendió la luz con el ceño fruncido – ¡Bájate que tienes los zapatos puestos!
Observaste alrededor, la ventana era más grande al igual que la puerta y el espacio en general, las paredes eran de un color distinto a la tuya, hasta la almohada tenía una funda diferente, la bandera de Reino Unido.
– ¡¿Qué hago yo en tú casa?!
Bajo la cabeza con cierto pesar –Te desmayaste y como no se en donde vives te traje para acá…
No pudiste evitar mirarlo de hito a hito, se veía incomodo por tú acción.
– ¿Y tus alas?  
–Se desvanecieron…
– ¡¿No volverás a ser Cupido nunca?! –Voceaste a punto de llorar.
– ¡Claro que sí, yo siempre seré Cupido! Por lo menos hasta que logre cambiar las cosas… –Su voz se fue apagando dándote a entender que llegó a un punto importante.
– ¿Que quieres decir con eso?
Se encogió de hombros, lo habías descubierto y ya no podía continuar engañándote.
–No te lo diré hasta que te bajes de mi cama.
Te moviste veloz sacudiendo el cubrecama y sentándote en el borde.
Se acomodo junto a ti pero con cierta distancia para poder mirarte mejor, suspiro con dificultad –Cada año para esta fecha cuando estoy cerca de un “Sentimiento de amor” me convierto en lo que viste, no es algo que pueda evitar simplemente pasa, tampoco sé porque me ocurre esto, ha sido así siempre.
No tenias la más mínima idea de que responder a eso.
Él solo prosiguió –Todos los años tengo la oportunidad de eliminar este “Estado”…Las primeras semanas del año sueño con dos posibles parejas, las cuales debo unir antes de que acabe San Valentín, si lo logro seré una persona normal…
– ¿Y si no?...
Preguntaste temerosa.
–Si no, el próximo año seré nuevamente Cupido y estaré propenso a convertirme en un ángel.
–Supongo que no has conseguido juntar a ninguna…
–Con suerte consigo unir a una, pero nunca a las dos y este año tampoco creo que lo logre…
Te paraste de un respingo –No puedes decir eso este año será diferente, porque yo estoy contigo.
Su sonrojo sobrepasaba los cánones del color y al darte cuenta de lo que acababas de decir tú timidez volvió, también el sonrojo y la presión a tu cabeza –M-Me refiero a que…Voy a ayudarte, este año…Voy a apoyarte –Le extendiste la mano –Mañana me muestras las parejas que debemos unir y comenzamos a trabajar ¿Te parece?
Te preocupaste al notar tu mano trémula y sudorosa pero cuando sentiste el tacto de la suya reparaste que estaban iguales.
Una mancha de pelos se asomo por la puerta llamando tú atención, no sabías que era hasta sentir un maullido, te enterneciste abrazándolo de forma exagerada.
De pronto la vibración de su ronroneo y el cariñó  que comenzó a hacerte con la cabeza hiso que Arthur se trasformara de un segundo a otro –Shit…–Maldijo por lo bajo apenado estirando la túnica para taparse.
Apenas podías aguantar la emoción en tu pecho al tener a Cupido en frente –Ya que tienes alas…
Levanto el rostro extrañado.
– ¿Por qué no me llevas a mi casa?
Te miro tanteando desde la punta de tus pies hasta la cabeza subiendo lentamente por cada detalle en ti aumentando tú nerviosismo.
Sus ojos terminaron cruzándose con los tuyo resultándole inevitable quedarse viéndolos.
Apenas podías mantener la vista en esas brillantes iris esmeralda pero hiciste un esfuerzo.
–Su-Supongo, que podre cargarte…–Apartó sus pupilas y tras unos segundos se acerco a ti cargándote entre sus brazos.
Lo miraste boquiabierta no fue algo que realmente esperaras, al menos no de esposa osa, sopesó verificando que no le fuera difícil llevarte, te entrego tú bolso, su abrigo y abrió la ventana apoyando un pie en el marco.
Al ver el panorama quedaste helada –¡Es-Espera un poco! ¡¿En qué piso se supone que estamos?!
–En el veintitrés.
La sangre se te helo convirtiéndote en un tempano de hielo – ¿Has hecho esto antes? –Lo observaste preocupada.
–Cada año…–Confeso.
Los nervios del momento te habían llevado a pedirle tal locura sin embargo él parecía totalmente seguro.
–Vi-Vivo en la residencia que esta tras el instituto nuevo…
–No vayas a moverte –Te advirtió mientras con el otro pie se daba impulso.
Apretaste los parpados sintiendo el aire frio y el sonido del viento y por más que esperaste la sensación de vacío al caer nada ocurrió.
Abriste los ojos contemplando la maravillosa vista de Londres por la noche, desde el Big Ben y el Tower Bridge hasta el St Pancras Railway Station y Palace Westminster, apostabas lo que fuera a que ni siquiera los propios londinenses tenían la oportunidad de contemplar la vista que se exponía bajo sus pies…A menos que subieran al London Eye claro.
Miraste de reojo a Cupido disfrutar del aire helado en su rostro. Se mantuvieron suspendidos en el aire unos minutos hasta llegar a destino, te aseguraste que no hubiese nadie cerca para llevar al rubio a tu habitación en donde esperaron a que se le pasara el efecto de la magia ya que prefería devolverse a pie según él “Para contemplar la belleza de la ciudad desde otra perspectiva”.
Apenas se fue te pusiste el pijama, apagaste las luces y te despediste de este mundo cruel para volver a él al día siguiente con una misión clara: Ser la ayudante de Cupido.
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Comments: 12

Yuki-the-Trickster [2014-10-23 02:53:48 +0000 UTC]

uh.... ya'll got an english version?

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klaudiakirkland In reply to Yuki-the-Trickster [2014-10-28 13:42:02 +0000 UTC]

No...srry (๑-﹏-๑)

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Yuki-the-Trickster In reply to klaudiakirkland [2014-10-29 02:06:08 +0000 UTC]

No it's fine, don't worry about it ^^

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Warriorcatgrl99 [2014-01-15 22:44:13 +0000 UTC]

Ummmm

I'll try to say this in Spanish...

Yo hablo ingles, no español

I think I said that right

*shot*

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Goddess-ofMercy In reply to Warriorcatgrl99 [2014-01-16 03:46:48 +0000 UTC]

Yo hablo el inglés, y Yo no hablo el español. 

Anyway, 

¡Muy bueno!  

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Warriorcatgrl99 In reply to Goddess-ofMercy [2014-01-16 03:48:29 +0000 UTC]

YAY!

GRACIAS~

LOL

I WIN

I recognized some words. I'm taking Spanish. So... meh.

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Goddess-ofMercy In reply to Warriorcatgrl99 [2014-01-16 03:51:01 +0000 UTC]

LOL, I take Spanish as well, make sure your paying atentton!

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Warriorcatgrl99 In reply to Goddess-ofMercy [2014-01-16 11:22:05 +0000 UTC]

I am!

Umm

test me.

¿Còmo estas?

XDDD

RANDOM

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Goddess-ofMercy In reply to Warriorcatgrl99 [2014-01-16 11:43:22 +0000 UTC]

XD Estoy bien, gracias ¿Y tú? 

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Warriorcatgrl99 In reply to Goddess-ofMercy [2014-01-16 12:02:03 +0000 UTC]

Ehhhhh...... regular.


XD

ESPAÑOL ES DIVERSIÓN!!~~~

LOL

I try. I tried XD

I love my Spanish teacher

But Imma take German next year~

You can be my Spanish tutor!!!

*goes to press watch*

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Goddess-ofMercy In reply to Warriorcatgrl99 [2014-01-16 19:45:54 +0000 UTC]

XD I'm thinking about taking Japanese next year. :3

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Warriorcatgrl99 In reply to Goddess-ofMercy [2014-01-16 19:49:01 +0000 UTC]

Cool~

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