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nixfay — Cruzada XXIV
Published: 2011-09-20 23:45:11 +0000 UTC; Views: 182; Favourites: 1; Downloads: 1
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Description Hila no cabía en sí de la alegría... él estaba pálido y no se veía muy saludable, pero definitivamente no estaba muerto. Notó un torpe ademán hecho a medias por su amiga, que al fin se apartó para dejarlo levantarse. Se oían puertas que se abrían y cerraban a lo lejos, lo cual no era una buena noticia.
- ¿Cómo es que...? -
- No es buen momento Hila... ¿tenías que golpearme? -
- Estabas tapándole la boca - se defendió ella.
- Así que, bien podrías ser un impostor – dijo Lik empuñando la antorcha apagada con serias intenciones de usarla contra Geri; si de verdad era él, tendría el hombro herido.
- ¡Oye, no seas así! ¿Qué no tienes olfato? Soy yo -
- No, pero sí eres tú... - contestó Likeia, reconociendo su propia frase. Geri les mostró el hombro lo suficiente para que supieran que no mentía. Ni bien lo hizo, se puso en piel de guía y las otras lo siguieron a la vez que explicaba:
- Le tapé la boca a ella porque, en primer lugar, iba encapuchada en medio de la obscuridad y estaba muy lejos para saber quién era. Además no quería que gritara al verme (porque seguro lo haría, se espantaría)... No iba a hacerle nada -. Hila y él siguieron hablando en susurros, mientras que Lik se mantenía tan alejada de él como podía. Tuvieron que detenerse porque Blibs comenzó a toser y finalmente despertó.
- ¿Dónde estoy? Ay, mi cabeza... - se quejó.
- Estás bien, no te preocupes - le contestó Hila con dulzura.
- ¿Hila? Qué extraño... Hacía mucho que no tenía sueños tan raros -
- ¿Qué soñaste? -
- No me acuerdo mucho. Soñé contigo y con ese chico, Cirö. También soñé que volaba y con ese cazador… ¿dónde estamos? -
- Estamos en la casa, pero buscando la salida -
- Ah... Me duele mucho la cabeza...-
- Sí Blibs, me imagino. Ya pasará -
- No veo nada -
- No hay luz, pero creo que todavía es de día -
- Sí lo es, pero hay que salir cuanto antes -
- ¿Cirö? Que bueno es oirte... Soñé contigo - dijo Blibbers, confundida sin duda.
- Sh, Blibbers, no hables tanto por favor. Recuerda que todos duermen - dijo Geri risueño.
- Oh, claro, lo siento –
En eso, todo pareció congelarse. Hila soltó un alarido de dolor y cayó de rodillas, por lo que su amiga se arrojó a su lado.
- ¡¿Hila?! ¡Hila, contéstame, qué te pasa, Hila! - le dijo tomándola por los hombros. La que estaba en el suelo abrió los ojos (que brillaron como fuego) y abrazó a Lik, como un niño que ha visto algo pavoroso. Estaba horrorizada y no dejaba de llorar.
- ¡No dejes que lo haga, no…! Por favor no, quiero… quiero que se vaya.
¡No me dejes hacerlo! - gritaba. Likeia no tenía idea de qué debía hacer. No sabía cómo detener el sufrimiento de su amiga y sólo atinó a decirle: Te prometo que no te dejaré hacerlo, te lo prometo.
Ante la total atonía de los demás, Hila volvió a cerrar los ojos y Lik la abrazó con más fuerza aún, pidiéndole que despertara.
La más alta volvió en sí, se secó las lágrimas y se irguió mirando confundida en derredor, como si percibiera algo que los otros no. Entonces oyeron la voz de Ara gritando:
- TIVDATTEN –
El sonido del derrumbe vino acompañado de las múltiples exclamaciones de "afecto" de otros individuos. Sin duda estaban peleando, pero las jóvenes que Geri guiaba no podían alcanzar a sus otros dos amigos, que se hallaban del otro lado de la pared.  
- ¡ARA, CIRÖ! ¿Están bien? -
- ¡Ahí tienes, maldito! - se oyó gritar a Cirö.
- ¿Hila? Aquí estamos, todo está bien. Están desmayados -
- ¡Gracias al cielo! -
- No, gracias a Ara - dijo Cirö, alegre.
- Ciryan me ayudó muchísimo. Deberías verlo usar la espada.  Escucha una cosa Hila, estos no son vampiros - concluyó Ara, acercándose a la pared para hacer más audible su voz. Sin dudarlo, no obstante,  Hila se adelantó y cruzó a su lado.
- ¿A qué te refieres? -
- Velo tú misma -
- Ese es uno de los chicos que ví en la mansión de Sergei... -
- Todos son de allá - explicó Cirö.
- ¿Cómo lo sabes? -
- Yo… también los ví - mintió.
- Pero ¿qué hacen aquí? -
- Parece que Sergei le declaró la guerra a Viel. Tenemos que salir de aquí ahora. Son más de las 6... va a anochecer muy pronto.  Vé con los otros y traten de no cruzarse con ellos - agregó Ara, señalando a los chicos desmayados y enterrados entre escombros del suelo, que al parecer se había agrietado y vuelto en su contra.
- Bienvenida nuevamente - le sonrieron a la de ojos esmeralda cuando regresó.
Las noticias no eran buenas... Estar en medio de una guerra (y ser casi con seguridad la causa) era una muy mala idea. Apretando el paso siguieron por dónde Geri indicaba y chocaron los cuatro con un vidrio que ninguno notó hasta que su presencia se les dio a conocer un tanto… abruptamente.
La primera en pararse fue Hila, que ayudó a Blibbers mientras Likeia y Geri quedaban enfrentados, mirándose fugazmente. Sin razón aparente, la primera lo empujó y gritó algo que no entendieron. Había sonado algo así como ¡Evanesca! Ella misma parecía sorprendida, porque allí frente a todos estaba una muchacha algo más grande que ellas que veía con asombro cómo el arma que cargaba le desaparecía de las manos. Geri ahogó un grito al caerle la otra encima y fue Blibbers quien sacudió la mano por reflejo y dejó a la otra inmóvil, como una estatua.
- ¿Y eso qué fue…? -
- No sé, pero bravo  -
Siguieron huyendo, algo más perdidos ahora. Llegaron a una habitación gigantesca, donde debieron detenerse para tomar aire.
- ¿Por qué todos nos persiguen? - se quejó Lik.
- ¿Me lo preguntas de nuevo cuando estemos muy lejos o se lo preguntamos a ellos? - dijo Blibbers, asustada.  A pocos metros de ellos, había tres o cuatro personas empuñando sendas armas, espadas unos, lanzas los otros. Geri les alcanzó a las otras tres un par de bastones de madera que halló cerca. La habitación no estaba iluminada en lo más mínimo, pero parecía que las paredes estaban muy lejos. Por eso, los cuatro se pusieron espalda contra espalda y esperaron el ataque.
Sin duda, Geri había sido entrenado para la lucha e Hila se manejaba bastante bien con el bastón en mano.  Blibbers estaba bastante ocupada con su contrincante que trataba de atravesarla con el trozo de lanza que le quedaba. Mientras Geri dejaba completamente inconsciente a uno, Lik se escurría a espaldas del que atacaba a su mejor amiga, de manera que ella pudiera acabar por sacárselo de encima.
El que atacaba a Blibbers estaba petrificado - algo que felizmente no se veía en la necesidad de revertir, pues no tenía idea de cómo -.
- Excelente... cualquiera diría que nos adoran - dijo Hila, acercándose a curar a Blibbers, que había resultado lastimada por el joven atacante.
- Oye, ¿dónde… dónde está la de pelo corto? - dijo Geri, recordando que sus contrincantes eran cinco al principio.
Saliendo de la vista de las otras, fue a buscarla y se oyó un golpe sordo. Lik corrió en dirección al chico y trató de ayudarlo a desprenderse de la otra, que lo tenía contra una columna y lo amenazaba con una punta de lanza.
- Largo de aquí, niña. Es entre él y yo -
- Tiene razón... Aléjate - le ordenó Geri.
- ¿Por qué lo sigue? ¿Acaso quiere hacerse matar? Debimos detenerlo hace tiempo, creí que era Cirö, pero… pero es él... Tienes que venir conmigo, Hila. ¿No sabe que él ...? – apremió Blibs escudriñando las penumbras circundantes.
- No creo que le importe... - dijo Hila, aguzando el oído a su vez.
Likeia miró con odio a Geri y se volvió para irse, aunque regresó sin previo aviso, atrapando a la jóven que la atacaba por la espalda. Tenía el cabello negro y su tez morena resaltaba sus ojos vacíos.
- Nunca ataques por la espalda, y mata antes de hablar si ese es el plan - tras decir aquello, la soltó y la muchacha huyó, echando furtivas miradas por sobre el hombro.
- Te dije que te fueras - le reprochó Gerdel de inmediato.
- No importa. No sigo órdenes. Ella te iba a matar -
- Me lo merecía, tú lo sabes -
- No eres quién para decidirlo, ni yo -
- No te incumbe lo que yo haga con mi vida -
- Pues yo no voy a ser partícipe de tu suicidio. Sé que has hecho todo lo posible por Hila, ¿por qué te rendirías ahora? -
- ¿Qué dices? - inquirió Geri genuinamente sorprendido.
- ¡Si la amas no puedes ser tan egoísta! - le gritó su acompañante.
En eso llegaron las dos restantes.
- Nadie vendrá por un buen rato, pero no podemos salir. Apareció una pared dónde estaba la puerta -
- No te preocupes, aquí no se cierra una puerta sin que se abra otra y... - comenzó el alto jóven, pero se detuvo y empezó a estremecerse.
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Comments: 2

prometeo2000 [2011-09-21 00:15:05 +0000 UTC]

Esto se esta poniendo geniallllllllllllllllllllllllll, y raro jajajajaja.

Geri me esta volviendo a caer... malllllllllllllll.

Te adivino y creo sabe hacia donde vas...Y no creas que no te voy a acompañar.

¡Evanesca! estas cosas que desconozco me parecen geniales!!!

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nixfay In reply to prometeo2000 [2011-09-21 12:52:04 +0000 UTC]

JAjajajaaa! Sos terriblemente exagerado, eh... en serio??? Quiero saber tus conjeturas, a ver??? A ver???
Mwehehehee...

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