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Description

♦ DATOS PERSONALES.

♦ Nombre: Alexander Maikol Brown.

♦ Edad/Estatura: 16 años. || 1,76 cm.

♦ Lugar de origen: Indian Hill, Ohio.

♦ Padre o Madre: Fobos, la personificación del temor y el horror.

♦ Tiempo en el campamento: Nuevo ingreso.

♦ Defecto fatídico: Cínismo. No contiene pudor en sus palabras y acciones, no teme por lo que habla o dice, tampoco siente vergüenza por mentir descarádamente o defender sus actos.

♦ DEMIGOD STATUS.

♦ Status: Vivito y coleando.

♦ Manejo de la niebla: -----.

♦ DATOS GENERALES.

♦ Personalidad:

[ Independiente. || Persistente. || Adaptable. || Vago. || Entrometido. || Mentiroso. ]

Primero que nada, partiremos por los lados positivos de este muchacho, que por cierto, no tiene muchos. Alex es alguien que se adapta fácilmente al cambio, vérsatil y flexible en opinión, puesto que nunca tendrá una honesta forma de pensar, siempre irá cambiando de parecer cuando algo le suela favorecer. En parte eso puede ser un punto a favor, para él y sus compas'. Por otro lado, podemos apreciar cómo es que este chico puede ser ambicioso para alcanzar algo que, de alguna u otra forma, anhela con todo su ser, casi siempre; ser el número uno en todo. Para alcanzar sus metas puede ser bastante tenaz, y aún más si hay un incentivo de por medio.

Ahora veamos sus aspectos negativos, los cuales son demasiados, pero en esta ocasión se nombrarán solo algunas actitudes. Alexander suele meterse en medio de conversaciones ajenas, discusiones, etc. Realmente disfruta ver a los demás en la desesperación, y para eso se entromete, queriendo siempre causar mayores problemas de los que antes estaban. También podemos agregar a la lista que es un holgazán, cuando algo no es de su atención o no recibe algo a cambio, entonces simplemente no se mueve y se queda echado en su cama o suelo, donde sea, le vale.

♦ Historia:

Críado por una madre solterona pero, al menos, jamás estuvieron con escacéz financiera debido a su trabajo y al tipo de familia en que fue rodeado. Sí, se podría decir que era un chico afortunado nacido poco menos que en una cuna de oro. Aunque por su vecindario era bastante común ver ese tipo de gente. Desde pequeño no es que le desagradase ser malcriado y mimado, pero muy a gusto tampoco se sentía.

Sin embargo, a pesar de estar en una familia acogedora, Alexander era un niño que buscaba pelea par en par en jardínes y escuelas primarias, respectivamente con su edad, justificando su comportamiendo diciendo que se defendía de los demás que se burlaban por no tener un padre presente. Aunque nunca fue demasiado de su importancia saber sobre él, si se fue ha de haber tenido sus razones, quizá; o eso siempre quiso creer, siendo que en realidad temía por saber la verdad.

A medida que crecía se iban notando sus déficit en el aprendizaje, extrañamente, no entendía la razón de cómo todos podían leer y escribir a la perfección cuando a él en su mente las letras y números se desordenaban, era como si estuvieran en una fiesta imparable, burlándose de él cada vez que escuchaba el regaño por no hacer nada bien. Era algo frustrante, siempre terminaba enojándose o rebelándose a sus compañeros, e inclusive, profesoras. Causando problemas innecesarios a su madre.

Siguió bastante por aquel recorrido hasta que su frustración y desesperación por, simplemente, no poder hacer algo tan básico se acumuló, incluyendo también que comenzaba a tener pesadillas sin un verdadero contexto, sobre sucesos que a veces sucedían; humillaciones y burlas. No entendía nada, los sueños se hacían recurrentes, la inseguridad le rodeaba, se sentía en constante peligro, y no sabía el porqué. Fue ahí cuando explotó, tal vez las risas de sus compañeros era lo que más le irritaba en ese entonces, que solo optó por tomar el primer objeto en su estuche (En este caso fue una tijera) para entonces clavarlo en la mano del primer chico que escuchó reirse en su rostro. Obviamente, este acto no fue pasado por alto. El llamado de atención y la expulsión fue la opción más fácil por la que optó el director en ese entonces.

Como solución de sus rebelías a tan corta edad, su madre no encontró otra solución más que mandarlo a un reformatorio, en donde, supuestamente, le cambiarían su actitud y educarían de mejor manera. Aún así, más que un correccional, para Alexander era una cárcel. Habían peores personas dentro, cometido un peor delito a que clavar una tijera en el dorso de la mano a alguien. No obstante, aún con disgusto al lugar, se adaptó con rapidez, tal vez a bases de mentiras y trampas pudo relacionarse con gente que le ayudaría a escapar de ahí.

Y realmente fue así, un grupo de adolescentes una noche escaparon de aquel reformatorio después de semanas y semanas de haber planeado todo a la perfección. Fácil, no fue, anteriormente habían tratado pero solo conseguían ser atrapados de nuevo. Hasta que finalmente lograron salir, en silencio pero con carcajadas interiores por burlar la seguridad de la correcional. De ahí, los chicos solo se dieron un pequeño saludo de hasta luego, bastardos, ojalá no los vea de nuevo.

En la oscuridad, solo alumbrada con los faroles y la luna, caminaba el muchacho con sonrisa de par en par mientras jugueteaba con un cutter que había robado a uno de sus compañeros con los cuales había escapado. Sin embargo, detuvo sus pasos de inmediato al escuchar...¿Pezuñas? Retrocedió por instinto, afirmando aquel cutter como si su vida dependiera de eso. Maldecía a la luz que estaba apagada, imposibilitando ver a...¿El animal?, ah, era solo un jodido animal, no podía estar tan miedoso. Suspiró para armarse de valor, acercándose con cautela a lo que era eso. La luz del farol se iluminó, y lo único que pudo soltar fue un "¡¿QUÉ MIERDA?!", afirmando con fuerza el cutter solo atinó a clavarselo al... ¿Hibrido?, no entendía nada, estaba con sus ojos todos abiertos, y es que era de dude, ¿No eran solo cuentos para niños de primaria?. Escuchó ,a lo que parecía ser un sátiro, quejarse, cuestionándolo por tratar así a su protector. Ok, todo parecía una película, entre los nervios se rio, pero la duda e incrédulidad se le veía en el rostro a la primera. Por suerte, el sátiro tenía paciencia... y resistencia al dolor. Se quitó el cutter en donde estaba clavado, pero ajá, aún se quejaba bajo por el tipo que le tocó proteger.

Alexander probablemente le pudo haber curado, si es que supiese hacerlo, aún así, todavía estaba en shock, llevando al sátiro a hurtadillas a casa. Pasandole el botiquín para que se auto curara de sí mismo, escuchando toda la explicación que este le contaba, para finalizar que debían de ir a algún tipo de campamento. Y, wow, el chico estaba de oye, tranquilo viejo. No obstante, no lo pensó demasiado, pues era eso o volver al reformatorio cuando se dieran cuenta que mocosos habían burlado la seguridad. En sigilo armó su mochila con ropa necesaria, y obvio, sacando dinero por ahí y por allá. Claro, escribió una carta con un simple "Me voy a un campamento, algo de Halfblood. Curioso, ¿No? Necesitaré dinero mensual, gracias, te quiero." dirigido a su madre, como si asumiese que de inmediato entendería, algo que intuyó de toda información que el sátiro habló.

♦ DATOS EXTRAS.

♦ Gustos:

Causar desesperación o terror, es método de entretención.

Objetos con filo. O sea, armas blancas.

Pintarse las uñas. Masculinamente.

Entrometerse, uh, super sí.

Causar peleas, sin él en medio, prefiere mirar de lejos y reírse.

♦ Disgustos:

Ser manipulado.

Su pelito largo, pero piensa que si se lo corta será todo feo, y él quiere ser bonito, ¿Ok? ok.

Estar, a veces, dopado por las pastillas.

Tener pesadillas.

No entender qué pedo lee en inglés.

♦ Extras:

Suele tener bastantes pesadillas sin un sentido realmente. Su realidad se distorciona en los sueños lo que le causa una que otra mala jugada, para ello suele tomar pastillas para dormir, aunque no siempre son efectivas, por algo tiene ojeras.

Naturalmente, como persona normal, debería tener una navaja así como algo suave, pero no, este morro va con un cutter.

Cuando ve cosas... "sin dueño" es muy probable que se las guarde y las lleve consigo.

Usa lentes de contacto verde, a veces... cuando puede ponerselos.

Doodles de Maikol

Description

♦ DATOS PERSONALES.

♦ Nombre: Alexander Maikol Brown.

♦ Edad/Estatura: 16 años. || 1,76 cm.

♦ Lugar de origen: Indian Hill, Ohio.

♦ Padre o Madre: Fobos, la personificación del temor y el horror.

♦ Tiempo en el campamento: Nuevo ingreso.

♦ Defecto fatídico: Cínismo. No contiene pudor en sus palabras y acciones, no teme por lo que habla o dice, tampoco siente vergüenza por mentir descarádamente o defender sus actos.

♦ DEMIGOD STATUS.

♦ Status: Vivito y coleando.

♦ Manejo de la niebla: -----.

♦ DATOS GENERALES.

♦ Personalidad:

[ Independiente. || Persistente. || Adaptable. || Vago. || Entrometido. || Mentiroso. ]

Primero que nada, partiremos por los lados positivos de este muchacho, que por cierto, no tiene muchos. Alex es alguien que se adapta fácilmente al cambio, vérsatil y flexible en opinión, puesto que nunca tendrá una honesta forma de pensar, siempre irá cambiando de parecer cuando algo le suela favorecer. En parte eso puede ser un punto a favor, para él y sus compas'. Por otro lado, podemos apreciar cómo es que este chico puede ser ambicioso para alcanzar algo que, de alguna u otra forma, anhela con todo su ser, casi siempre; ser el número uno en todo. Para alcanzar sus metas puede ser bastante tenaz, y aún más si hay un incentivo de por medio.

Ahora veamos sus aspectos negativos, los cuales son demasiados, pero en esta ocasión se nombrarán solo algunas actitudes. Alexander suele meterse en medio de conversaciones ajenas, discusiones, etc. Realmente disfruta ver a los demás en la desesperación, y para eso se entromete, queriendo siempre causar mayores problemas de los que antes estaban. También podemos agregar a la lista que es un holgazán, cuando algo no es de su atención o no recibe algo a cambio, entonces simplemente no se mueve y se queda echado en su cama o suelo, donde sea, le vale.

♦ Historia:

Críado por una madre solterona pero, al menos, jamás estuvieron con escacéz financiera debido a su trabajo y al tipo de familia en que fue rodeado. Sí, se podría decir que era un chico afortunado nacido poco menos que en una cuna de oro. Aunque por su vecindario era bastante común ver ese tipo de gente. Desde pequeño no es que le desagradase ser malcriado y mimado, pero muy a gusto tampoco se sentía.

Sin embargo, a pesar de estar en una familia acogedora, Alexander era un niño que buscaba pelea par en par en jardínes y escuelas primarias, respectivamente con su edad, justificando su comportamiendo diciendo que se defendía de los demás que se burlaban por no tener un padre presente. Aunque nunca fue demasiado de su importancia saber sobre él, si se fue ha de haber tenido sus razones, quizá; o eso siempre quiso creer, siendo que en realidad temía por saber la verdad.

A medida que crecía se iban notando sus déficit en el aprendizaje, extrañamente, no entendía la razón de cómo todos podían leer y escribir a la perfección cuando a él en su mente las letras y números se desordenaban, era como si estuvieran en una fiesta imparable, burlándose de él cada vez que escuchaba el regaño por no hacer nada bien. Era algo frustrante, siempre terminaba enojándose o rebelándose a sus compañeros, e inclusive, profesoras. Causando problemas innecesarios a su madre.

Siguió bastante por aquel recorrido hasta que su frustración y desesperación por, simplemente, no poder hacer algo tan básico se acumuló, incluyendo también que comenzaba a tener pesadillas sin un verdadero contexto, sobre sucesos que a veces sucedían; humillaciones y burlas. No entendía nada, los sueños se hacían recurrentes, la inseguridad le rodeaba, se sentía en constante peligro, y no sabía el porqué. Fue ahí cuando explotó, tal vez las risas de sus compañeros era lo que más le irritaba en ese entonces, que solo optó por tomar el primer objeto en su estuche (En este caso fue una tijera) para entonces clavarlo en la mano del primer chico que escuchó reirse en su rostro. Obviamente, este acto no fue pasado por alto. El llamado de atención y la expulsión fue la opción más fácil por la que optó el director en ese entonces.

Como solución de sus rebelías a tan corta edad, su madre no encontró otra solución más que mandarlo a un reformatorio, en donde, supuestamente, le cambiarían su actitud y educarían de mejor manera. Aún así, más que un correccional, para Alexander era una cárcel. Habían peores personas dentro, cometido un peor delito a que clavar una tijera en el dorso de la mano a alguien. No obstante, aún con disgusto al lugar, se adaptó con rapidez, tal vez a bases de mentiras y trampas pudo relacionarse con gente que le ayudaría a escapar de ahí.

Y realmente fue así, un grupo de adolescentes una noche escaparon de aquel reformatorio después de semanas y semanas de haber planeado todo a la perfección. Fácil, no fue, anteriormente habían tratado pero solo conseguían ser atrapados de nuevo. Hasta que finalmente lograron salir, en silencio pero con carcajadas interiores por burlar la seguridad de la correcional. De ahí, los chicos solo se dieron un pequeño saludo de hasta luego, bastardos, ojalá no los vea de nuevo.

En la oscuridad, solo alumbrada con los faroles y la luna, caminaba el muchacho con sonrisa de par en par mientras jugueteaba con un cutter que había robado a uno de sus compañeros con los cuales había escapado. Sin embargo, detuvo sus pasos de inmediato al escuchar...¿Pezuñas? Retrocedió por instinto, afirmando aquel cutter como si su vida dependiera de eso. Maldecía a la luz que estaba apagada, imposibilitando ver a...¿El animal?, ah, era solo un jodido animal, no podía estar tan miedoso. Suspiró para armarse de valor, acercándose con cautela a lo que era eso. La luz del farol se iluminó, y lo único que pudo soltar fue un "¡¿QUÉ MIERDA?!", afirmando con fuerza el cutter solo atinó a clavarselo al... ¿Hibrido?, no entendía nada, estaba con sus ojos todos abiertos, y es que era de dude, ¿No eran solo cuentos para niños de primaria?. Escuchó ,a lo que parecía ser un sátiro, quejarse, cuestionándolo por tratar así a su protector. Ok, todo parecía una película, entre los nervios se rio, pero la duda e incrédulidad se le veía en el rostro a la primera. Por suerte, el sátiro tenía paciencia... y resistencia al dolor. Se quitó el cutter en donde estaba clavado, pero ajá, aún se quejaba bajo por el tipo que le tocó proteger.

Alexander probablemente le pudo haber curado, si es que supiese hacerlo, aún así, todavía estaba en shock, llevando al sátiro a hurtadillas a casa. Pasandole el botiquín para que se auto curara de sí mismo, escuchando toda la explicación que este le contaba, para finalizar que debían de ir a algún tipo de campamento. Y, wow, el chico estaba de oye, tranquilo viejo. No obstante, no lo pensó demasiado, pues era eso o volver al reformatorio cuando se dieran cuenta que mocosos habían burlado la seguridad. En sigilo armó su mochila con ropa necesaria, y obvio, sacando dinero por ahí y por allá. Claro, escribió una carta con un simple "Me voy a un campamento, algo de Halfblood. Curioso, ¿No? Necesitaré dinero mensual, gracias, te quiero." dirigido a su madre, como si asumiese que de inmediato entendería, algo que intuyó de toda información que el sátiro habló.

♦ DATOS EXTRAS.

♦ Gustos:

Causar desesperación o terror, es método de entretención.

Objetos con filo. O sea, armas blancas.

Pintarse las uñas. Masculinamente.

Entrometerse, uh, super sí.

Causar peleas, sin él en medio, prefiere mirar de lejos y reírse.

♦ Disgustos:

Ser manipulado.

Su pelito largo, pero piensa que si se lo corta será todo feo, y él quiere ser bonito, ¿Ok? ok.

Estar, a veces, dopado por las pastillas.

Tener pesadillas.

No entender qué pedo lee en inglés.

♦ Extras:

Suele tener bastantes pesadillas sin un sentido realmente. Su realidad se distorciona en los sueños lo que le causa una que otra mala jugada, para ello suele tomar pastillas para dormir, aunque no siempre son efectivas, por algo tiene ojeras.

Naturalmente, como persona normal, debería tener una navaja así como algo suave, pero no, este morro va con un cutter.

Cuando ve cosas... "sin dueño" es muy probable que se las guarde y las lleve consigo.

Usa lentes de contacto verde, a veces... cuando puede ponerselos.

Doodles de Maikol