Description
El Dornier B-3A Mjölnir (por el nombre del dios nórdico Thor) fue un bombardero estratégico alemán que la Luftwaffe operó entre 1965 y 2015.
El B-3A fue desarrollado con requisitos similares al Convair B-58 norteamericano o al Nakajima G-22 japonés: un aparato capaz de llevar un arma nuclear avanzada, y que pudiera superar las defensas antiaéreas gracias a su velocidad y cota de vuelo.
Ya durante su desarrollo el concepto resultó de dudosa viabilidad, ya que se estaban desarrollando cohetes antiaéreos avanzados como el X-55 alemán, el Nike Hercules norteamericano o el S-200 ruso. Sin embargo, el desarrollo del avión prosiguió ya que se pretendía emplearlo también como avión de reconocimiento de largo alcance.
La versión de bombardeo B-3A entró en servicio al mismo tiempo que la de reconocimiento B-3P. Tenía prestaciones similares al B-58 norteamericano, salvo en lo referente al alcance, confiándose en el reabastecimiento en vuelo. El perfil habitual de las misiones incluía una primera fase de acercamiento a cotas y velocidades «normales», con reabastecimiento en vuelo a distancia segura de las defensas enemigas, para después atacar el objetivo a alta cota y con velocidad supersónica.
Inicialmente el B-3A llevaba varios tipos de armas nucleares, tanto tácticas como estratégicas. Debido a las probables dificultades para superar las defensas enemigas, fueron modificados para llevar el cohete semi balístico X-71. Era un cohete (un «zombi») que seguía una trayectoria preprogramada, para lo que el avión debía situarse en una posición determinada antes del lanzamiento. Contrariamente al Skybolt norteamericano, el cohete empleaba un navegador inercial menos preciso, pero de desarrollo más sencillo. La versión X-71B tenía un radiotelémetro que mejoraba su precisión cuando atacaba objetivos de alto contraste. El X-71C estaba optimizado para el ataque naval, con ojivas convencionales o nucleares.
Al mismo tiempo se desarrolló un sistema mucho más ambicioso: el cohete balístico de lanzamiento aéreo X-75 Katzbalger. Era un arma de dos etapas con un alcance de 1.200 km; la etapa final estaba diseñada para que planease en la alta atmósfera y seleccionase su objetivo con un radiotelémetro mejorado.
El desarrollo del arma fue difícil y no entró en servicio hasta 1945; a cambio, la Luftwaffe consiguió un sistema que por su precisión podía atacar objetivos reforzados, como puestos de mando subterráneos o silos de misiles. También se desarrolló una versión de ataque naval. El B-3A podía llevar dos X-75, aunque a costa del alcance y de la velocidad máxima.
El X-75 era un arma que elevaba la amenaza nuclear a otro nivel, al ser capaz de «descabezar» las fuerzas nucleares norteamericanas en un ataque por sorpresa, y por ello fue incluido en el tratado de limitación de armamentos, junto con cohete de alcance intermedio norteamericano Pershing II. Con ello no acabó la carrera del B-3A. Aunque era muy costoso de operar era el único avión alemán de largo alcance capaz de realizar ataques de precisión (con bombas de guiado láser o electroóptico) a los pocos minutos de la alerta. La Luftwaffe pasó a la reserva la mayor parte de sus B-3A, pero mantuvo en servicio un escuadrón hasta 2015.